“Soy un fotógrafo de otra época”
Podemos asociar la expresión “fuera de moda” a algo que ha caducado o ya no tiene la preferencia que tuvo en un tiempo anterior debido a su obsolescencia o por ser reemplazada por algo más actual que, generalmente, se percibe como mejor. Por extensión, algo que no pasa de moda, puede relacionarse con lo atemporal, con la permanencia.
¿Qué tiene que ver esto con la fotografía? ¿Y con los planteamientos de un fotógrafo que ha dedicado más de siete décadas al oficio de hacer imágenes que nos hagan pensar? La fotografía debe tener detrás las ideas y de sus relaciones surgen significados, ha insistido Paolo Gasparini: “La fotografía comienza en el momento en que aprendemos a distinguir en la realidad, aquellas formas significativas que nos permitirán expresar ideas y formular un discurso con las fotos[1]”. En este sentido, centra su obra en la narrativa visual y en la capacidad de las imágenes para contar la vida, para mostrar que algo sucede y ha sido atrapado por la luz y por el tiempo, por un ojo inquieto que busca y captura.
La exposición GASPARINI FUERA DE MODA es, en sí misma, una toma de posición, un cuestionamiento por la vigencia de un modo de hacer imágenes y entender su función incluso más allá de los determinismos y condicionamientos del momento. En palabras de George Didi-Huberman: “Tomar posición es desear, es exigir algo, es situarse en el presente y aspirar a un futuro[2]”. CHOQUE DE SITUACIONES y POSTEPIFANÍASFOTOCOMICS son los dos cuerpos de trabajo que se reúnen en esta muestra recorriendo varias décadas y temáticas para, finalmente, presentar coincidencias y coherencias.
Sin sucumbir ante tendencias, Gasparini enfatiza su opción. Lo hace desde el propósito inicial de que en las imágenes y a través de ellas ocurran cosas, que contengan y generen acciones, consciente de que muchas veces serán, apenas, un tenue estremecimiento interno. En todo caso, el fotógrafo insiste. Se rehúsa a dejar de mirar. Con la lucidez que da la experiencia, con la “sabiduría del después”, ha comprobado que las modas pasan, pero algunas imágenes –las que muerden– nunca mueren. Y aunque parezcan demasiadas, siempre serán necesarias.
Johanna Pérez Daza, curadora