32 coordenadas de aproximación: de la ciudad puerto a la ciudad capital.
Reflexionar y escribir sobre el momento en el que se concluye cada edición de Prácticas versus teoréticas, es un lugar que nos convoca a pensar, desde el arte, sobre nosotros mismos. Desde el año 2013 este proyecto ha sucedido en momentos diversos y se ha confrontado a conjunciones particulares en un sinfín de territorialidades que nos han conducido a lo largo del tiempo. La brújula abierta de esta onceava edición, nos llevó a sumergirnos en las variables de un lugar entrañable: el Casco Histórico de La Guaira. Nuestro punto focal fue trabajar con los artistas de la región venezolana, con la mirada puesta en zonas poco atendidas por las políticas centrales. A través de un recorrido conjunto y mediante un espacio de nuevas interacciones nos conseguimos con aliados inigualables que nos brindaron la posibilidad no solo de entregar, sino de recibir las potencias de un encuentro inédito que propició una de las bondades más esperadas de todo proyecto de formación: cambiar, modificar el rumbo, entendernos y sabernos distintos luego de las trayectorias tendidas sobre lo desconocido.
El primer día que transitamos las calles del Casco Histórico en su proceso de recuperación, nos dimos cuenta de que todas las arterias de tránsito llegaban al mar. Y así, al igual que esa arquitectura que se ha mantenido en diálogo con las vibraciones del paisaje, nos vimos atrapados por las oscilaciones de la brisa y cedimos a su llamado para darle nombre a esta edición. Todo llega al mar es esa referencia urbana que nos recibió, pero también es un doble cauce de avanzada y retirada, pasado y presente de una energía continua que va y viene, impulsando en su vaivén la insurgencia de nuevas proyecciones. Con el pasar de los días y en cada uno de los talleres entendimos que en este ritmo estábamos todos, dialogando con las expectativas, convocados por las zanjas de la memoria, abrazados por los vestigios siempre latentes de una historia compartida.
Es así como en el trayecto no solo nos encontramos con el arte contemporáneo y su capacidad para tender vínculos dispuestos a interpelar al presente, sino también con un particular espacio donde nos acompañamos a través de una productiva celebración de la incertidumbre. Entonces nos convertimos en corriente, onda en progresión —un mar de gente, un cardumen— que se movió mediante una respiración acompasada. Confiando en hacer sin ver y abrazados en medio de las circunstancias, construimos el resultado que exhibimos a finales de 2023 en los espacios de la Galería Artes Unidos del Casco Histórico de la ciudad puerto y que hoy tenemos el honor de trasladar a los linderos de nuevas coordenadas en la ciudad capital, allí donde también se desplaza una mirada en formación progresiva, bitácora en crecimiento de esa experiencia vital que despliega sus recorridos en el lugar que hoy nos recibe: la Sala Experimental del Centro Cultural de la Universidad Católica Andrés Bello.
AL MAR (TODO LLEGA) y sus 32 coordenadas de aproximación, son el relato de ese paisaje personal y colectivo donde cada obra es una excusa para la recreación de una contingencia, un salto al vacío por el que todos, tan iguales como diferentes, apostamos. En esta nueva exhibición continuamos develando las iluminaciones de ese rumor que nos amparó durante todo el trayecto, itinerarios de un movimiento pleno de preguntas y respuestas, curso inusual donde todos nos transformamos: artistas, productores, gestores y docentes. Es el sonido de una marea indetenible que nos mide, nos borra y nos recuerda, pero que también nos constituye: paraje imaginado y presencial que surge del encuentro, faro construido con y por los artistas, travesía posible, locación que desde otras sendas, en otros mapas y hacia otros puertos, siempre nos ayudará a dibujar las señales de un periplo por venir.
Por Lorena González Inneco, curadora.
Fotos cortesía de Comunicaciones UCAB.
